La reciente compra de aviones de la FAC volvió al centro del debate nacional tras la alocución del presidente Gustavo Petro, en la que defendió de manera directa la selección de los cazas Gripen sobre los F-16. Con acusaciones, polémicas y versiones encontradas circulando en redes, el mandatario presentó su explicación sobre los criterios técnicos, financieros y operativos que motivaron la decisión.
Según Petro, la compra de aviones de la FAC se ha visto rodeada de desinformación que, afirma, no corresponde a la realidad del proceso. Durante su intervención, expuso las razones por las que el Gobierno optó por la propuesta sueca, insistiendo en que la elección se basó en beneficios estratégicos para el país y no en presiones externas.
La alocución buscó zanjar dudas sobre costos, capacidades y condiciones del acuerdo, además de reafirmar que la recomendación técnica provino directamente de la Fuerza Aérea Colombiana. Este enfoque marcó uno de los momentos centrales del mensaje presidencial.
Por qué la FAC recomendó los Gripen
En su intervención, Petro enfatizó que la decisión no fue política sino técnica. Según explicó, la FAC evaluó múltiples propuestas y concluyó que los Gripen ofrecían ventajas significativas en términos de operación, mantenimiento y transferencia de tecnología. Para el presidente, esta recomendación fue “clara, directa y sustentada” por los equipos especializados de la Fuerza Aérea.
La compra de aviones de la FAC se definió —según Petro— como un proceso orientado a fortalecer la capacidad defensiva del país a largo plazo. El mandatario señaló que los Gripen incluyen condiciones de soporte y modernización que los convierten en una plataforma adaptable a las necesidades colombianas, especialmente en escenarios de vigilancia aérea y control territorial.
Durante la alocución, también mencionó que la FAC privilegió aeronaves con menor costo operativo por hora de vuelo, un factor determinante en el sostenimiento de la flota. Para el Gobierno, este elemento hizo la diferencia frente a otras alternativas disponibles.
La comparación con los F-16
Petro dedicó buena parte del mensaje a explicar por qué los F-16 no fueron la elección final. Aunque reconoció que se trata de un avión altamente probado y utilizado por múltiples fuerzas aéreas en el mundo, aseguró que la propuesta presentada a Colombia no ofrecía las mismas condiciones que la de los Gripen.

El presidente argumentó que la propuesta estadounidense presentaba mayores exigencias financieras y menores garantías de transferencia tecnológica. También mencionó que el paquete ofrecido no incluía los niveles de actualización futura que sí estaban contemplados en la alternativa sueca.
Esta comparación fue central para la narrativa presidencial: defendió que la compra de aviones de la FAC responde a criterios de eficiencia y proyección estratégica, más que a preferencias políticas o presiones diplomáticas.
Respuesta a las críticas y controversias
En la alocución, Petro también abordó las críticas que surgieron en redes y medios, señalando que algunas afirmaciones sobre la compra eran imprecisas o estaban basadas en filtraciones incompletas. Aseguró que el proceso se desarrolló bajo parámetros técnicos y que la FAC actuó conforme a las necesidades reales del país.
El mandatario recalcó que la compra fue recomendada por los mandos militares y que no representa un gasto innecesario, sino una inversión en la renovación de una flota que ya había cumplido su ciclo operativo. También reiteró que no existe irregularidad en la selección del proveedor.
Según Petro, la discusión pública ha estado marcada por interpretaciones que no consideran la visión estratégica de la Fuerza Aérea ni las condiciones específicas de la propuesta seleccionada.
El mensaje político detrás de la decisión
Más allá de los argumentos técnicos, la alocución dejó ver un trasfondo político. Petro afirmó que sectores opositores han utilizado la compra de aviones de la FAC como argumento para cuestionar la gestión del Gobierno, pero insistió en que la decisión responde a recomendaciones institucionales.
El presidente buscó transmitir que el proceso no solo moderniza la capacidad militar del país, sino que también fortalece su autonomía tecnológica. Destacó que la decisión no debe interpretarse como un conflicto geopolítico, sino como una oportunidad para posicionar a Colombia en un escenario de defensa más moderno.
Finalmente, reiteró que la compra de los Gripen representa un paso hacia una Fuerza Aérea más eficiente y con mayores capacidades de adaptación a los retos regionales. Su mensaje cerró con una defensa enfática del papel de la FAC en el proceso.
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