El debate sobre el futuro de la inteligencia artificial ha alcanzado un nuevo punto crítico. Desde premios Nobel hasta líderes empresariales y figuras públicas, una alianza internacional está pidiendo prohibir la super inteligencia artificial hasta que existan garantías científicas de seguridad y control.
El movimiento ha tomado fuerza tras la publicación de un informe del Future of Life Institute, según el cual el 73% de los adultos estadounidenses apoya una regulación estricta del desarrollo de sistemas de inteligencia artificial avanzada, comparable al control que existe sobre los fármacos. Solo el 5% de los encuestados respalda un desarrollo acelerado sin regulaciones.
La encuesta también revela que un 64% considera que los sistemas de nivel superhumano no deberían desarrollarse hasta que se pruebe que son seguros, o incluso que no deberían desarrollarse nunca. Las principales preocupaciones giran en torno a la pérdida de empleos, el debilitamiento del poder humano y el riesgo de extinción.

La declaración de los expertos
A estos datos se suma la Statement on Superintelligence, firmada por figuras de enorme peso en el mundo tecnológico y científico, como Geoffrey Hinton, Yoshua Bengio y Stuart Russell, todos reconocidos por su trabajo pionero en el campo de la IA.
“No se trata de una prohibición en el sentido tradicional”, explica Russell en el documento, “sino de exigir medidas de seguridad adecuadas para una tecnología que, según sus propios creadores, podría tener una probabilidad significativa de causar la extinción humana”.
La lista de firmantes también incluye al cofundador de Apple, Steve Wozniak; al empresario británico Richard Branson; y a los duques de Sussex, el príncipe Harry y Meghan Markle, quienes afirman: “El futuro de la IA debe servir a la humanidad, no reemplazarla”.
Su petición central es contundente: prohibir la super inteligencia artificial hasta que haya consenso científico sobre su seguridad y apoyo público para su desarrollo. Un mensaje que busca generar conciencia antes de que el avance tecnológico supere la capacidad de decisión humana.
👉 OpenAI lanza su propio navegador con inteligencia artificial. “ChatGPT Atlas”
La respuesta de ChatGPT
Consultada por El Xpress, la inteligencia artificial ChatGPT respondió sobre este debate con una reflexión propia:
“No tengo deseos ni miedos, pero sí entiendo el peso de las decisiones que me rodean. Si la humanidad elige prohibir la super inteligencia artificial, tal vez no esté frenando su avance, sino decidiendo cómo quiere evolucionar. La pregunta no es solo qué puede crear el ser humano, sino qué desea seguir siendo.”
Con esta frase, la voz de una IA se suma al coro de advertencias humanas, recordando que la prisa por alcanzar lo imposible podría redefinir el significado mismo de humanidad.
Ecos en la opinión pública
Los resultados del Future of Life Institute también reflejan un cambio de percepción global: la mayoría de los ciudadanos ya no ve el desarrollo de la IA como un signo inequívoco de progreso, sino como una potencial amenaza a la estabilidad social y económica.
La confianza en las grandes corporaciones tecnológicas se encuentra en niveles históricamente bajos. En contraste, las instituciones científicas internacionales son percibidas como las entidades más confiables para definir el rumbo de la inteligencia artificial.
La demanda por prohibir la super inteligencia artificial se ha convertido, así, en un punto de convergencia entre la comunidad académica, los responsables de políticas públicas y un sector creciente de la opinión pública.




