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LGB International rompe con la sigla LGBTIQ+ y busca voz propia en Europa

El colectivo LGB se separa del LGBTIQ+ y lanza LGB International, una federación global que ya interviene en el debate europeo.

El colectivo LGB se separa del movimiento LGBTIQ+ en un anuncio que ha sacudido al activismo internacional. Bajo la consigna de “independencia”, lesbianas, gays y bisexuales han decidido organizarse por fuera de la sigla que, aseguran, ya no los representa.

La ruptura no es meramente simbólica. Se ha conformado LGB International, una federación de organizaciones presentes en más de una decena de países, que busca defender los derechos de las personas homosexuales con un enfoque propio y distinto al del movimiento LGBTIQ+. El colectivo LGB se separa para recuperar voz y visibilidad en la agenda global.

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Este giro responde a un diagnóstico común: consideran que la ideología de género ha desplazado sus luchas históricas y amenazado los espacios exclusivos para homosexuales. Con la proclama de independencia, el colectivo LGB se separa y se proyecta hacia un futuro en el que la representación se centre en la orientación sexual y no en la identidad de género.

El manifiesto de independencia

La declaración fundacional, publicada en video y en comunicados, reúne las frases que marcan la ruptura: “Estamos cansados de que hablen en nuestro nombre”. El mensaje sostiene que la defensa de los derechos de homosexuales está siendo amenazada por la ideología de género, que confunde orientación sexual con identidad autopercibida.

El manifiesto denuncia que los espacios de lesbianas hoy acogen a hombres que se identifican como tales, que las jóvenes son empujadas a la transición médica y que la causa homosexual ha sido subsumida en un movimiento más amplio que diluye sus intereses. En este contexto, el colectivo LGB se separa para reconstruir un frente propio.

El video difundido en YouTube muestra la proclamación de esta independencia y se ha convertido en la carta de presentación de un movimiento que busca resonar más allá de las fronteras nacionales.

Nace LGB International: una voz global

La nueva federación agrupa a organizaciones de países como Australia, Brasil, Canadá, España, Estados Unidos y Colombia, entre otros. Su objetivo declarado es dar voz a lesbianas, gays y bisexuales en el ámbito internacional, incluyendo foros de Naciones Unidas y organismos multilaterales.

La red no pretende solo coordinar acciones: también quiere compartir recursos, impulsar campañas conjuntas y ofrecer respaldo a quienes deseen fundar asociaciones en países donde aún no existen. La consigna es clara: el colectivo LGB se separa para convertirse en un actor con presencia global.

Su misión, según los documentos oficiales, se centra en la defensa de los derechos de las personas homosexuales “sobre la base del sexo biológico y la orientación sexual, sin afiliación política ni ideología de género”.

Primeros pasos en Europa

La independencia proclamada no tardó en tener repercusión institucional. LGB International participó en la consulta de la Comisión Europea sobre la estrategia Union of Equality: LGBTIQ Equality Strategy 2026-2030, con un documento en el que plantea separar los intereses de las personas homosexuales del resto de la sigla.

El texto recoge demandas como la desagregación de la sigla LGBTIQ, la defensa del derecho de reunión de homosexuales en espacios exclusivos, la protección de menores frente a intervenciones médicas de transición, la necesidad de datos estadísticos claros y la eliminación del término “intersex” como categoría general.

Con esta respuesta, la federación busca posicionarse como un interlocutor legítimo en el debate europeo de igualdad. Para sus miembros, es el inicio de una agenda política que va más allá de lo simbólico.

Un movimiento en disputa

La decisión de separarse ha abierto un nuevo frente dentro del activismo. Para algunos sectores, se trata de una traición a la unidad; para otros, de la recuperación de una voz silenciada. La controversia refleja tensiones acumuladas sobre la relación entre orientación sexual, identidad de género y feminismo.

Críticos de la medida advierten que la fragmentación puede debilitar la lucha global en un momento en el que 64 países aún penalizan la homosexualidad. Quienes apoyan la independencia insisten en que sin esta ruptura, la causa homosexual quedaría subsumida y sin representación propia.

En medio de esta disputa, la proclama de independencia funciona también como un llamado de atención hacia dentro y fuera del movimiento.

El futuro del colectivo

El camino apenas comienza. LGB International se ha propuesto ampliar su red, consolidar espacios seguros para lesbianas, gays y bisexuales, y llevar sus demandas a instancias internacionales. En el horizonte están tanto los foros europeos como la búsqueda de mayor influencia en la ONU.

Sus líderes reconocen que los retos son grandes: desde enfrentar la crítica de organizaciones tradicionales hasta abrirse paso en contextos hostiles a la homosexualidad. Pero sostienen que la independencia es la única vía para garantizar una representación real.

Con esta declaración, el colectivo LGB se separa y abre una nueva etapa marcada por la incertidumbre, la polémica y la ambición de convertirse en una voz influyente en el escenario global.

Robinson G.

Escritor entusiasta. Me gusta explorar temas curiosos y dudas existenciales. Todo empezó con aquellos “Datos curiosos de Google”.