Robinson Gualteros
Los choques múltiples por la tormenta invernal en Estados Unidos han marcado uno de los episodios más críticos del fin de semana posterior al Día de Acción de Gracias, una de las fechas de mayor tráfico del año. Las intensas nevadas, el hielo en las carreteras y las temperaturas muy por debajo de lo habitual provocaron condiciones extremadamente peligrosas que derivaron en colisiones masivas y cierres prolongados de autopistas.
A medida que la tormenta avanzaba por el Medio Oeste y los Grandes Lagos, las autoridades emitieron advertencias urgentes y pidieron a los conductores evitar desplazamientos no esenciales. Sin embargo, el alto flujo vehicular y la baja visibilidad contribuyeron a accidentes de gran magnitud que dejaron decenas de vehículos involucrados.
El fenómeno dejó al descubierto la fragilidad de la infraestructura vial ante eventos climáticos severos.
Choques múltiples por la tormenta invernal en Estados Unidos
Uno de los incidentes más impactantes ocurrió en la Interestatal 70, a la altura de Putnamville, Indiana, donde un choque en cadena involucró cerca de 45 vehículos. Las imágenes difundidas por el Departamento de Transporte mostraban una escena caótica: autos y camiones detenidos en todos los carriles, varios de ellos fuera de la vía y algunos atrapados entre otros vehículos.
La policía estatal confirmó que, a pesar de la magnitud del accidente, no se registraron heridos graves. Más de una docena de personas fueron trasladadas a hospitales con lesiones leves, mientras que la autopista permaneció cerrada durante al menos seis horas mientras los equipos de emergencia despejaban los restos y rescataban a conductores.
Este choque en cadena es uno de los ejemplos más extremos de los efectos del hielo y la nieve acumulada en las carreteras, que reducen drásticamente la maniobrabilidad y aumentan el riesgo de colisiones múltiples.
Advertencias meteorológicas y condiciones extremas
El Servicio Nacional de Meteorología (NWS) había emitido alertas por tormenta invernal para gran parte de Indiana, Illinois, Wisconsin y Michigan. Las previsiones indicaban acumulaciones de nieve entre 15 y 25 centímetros y ráfagas de viento cercanas a los 56 km/h, lo que reducía considerablemente la visibilidad.
Estas condiciones extremas complicaron aún más el panorama para los conductores, especialmente en zonas donde las carreteras no pudieron ser despejadas con suficiente rapidez. Las cuadrillas de mantenimiento trabajaron sin pausa para esparcir sal y retirar nieve, pero la intensidad del temporal dificultó la tarea.
En varios condados de Indiana, se registraron más de 130 accidentes en un periodo de 24 horas, según reportes locales. Las autoridades insistieron en evitar desplazamientos y pidieron a los conductores reducir la velocidad ante cualquier indicio de hielo en la vía.
Impacto en las principales ciudades afectadas
Chicago fue una de las áreas más golpeadas por la tormenta. Aunque la ciudad está acostumbrada a enfrentar eventos climáticos severos, la combinación de nevadas intensas y temperaturas muy bajas generó un escenario particularmente complicado.
Mientras las cuadrillas despejaban las rutas, cientos de vehículos quedaron atrapados en embotellamientos y desvíos, aumentando los tiempos de viaje. Las autoridades locales desplegaron más de 220 camiones esparcidores de sal para mantener la transitabilidad en las principales arterias.
Los habitantes del área metropolitana también enfrentaron un marcado descenso de las temperaturas, con registros entre 10 y 20 grados por debajo de la media habitual de diciembre. Esta ola de frío intensificó los riesgos de congelamiento en las superficies de tránsito.
Consecuencias y perspectiva para los próximos días
Las previsiones meteorológicas indican que el frío extremo persistirá durante el resto del fin de semana y que podría formarse una nueva tormenta invernal en los próximos días. Esta situación abre la posibilidad de que se repitan episodios similares, con choques múltiples y condiciones peligrosas en las carreteras.
Los expertos recomiendan estar atentos a las actualizaciones del NWS y evitar desplazamientos innecesarios. La prioridad sigue siendo la seguridad, especialmente en zonas donde el hielo y la nieve continúan acumulándose.
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