La migración de países del Tercer Mundo a Estados Unidos volvió al centro del debate internacional tras un extenso mensaje publicado por Donald Trump en Truth Social. El presidente anunció su intención de aplicar una pausa migratoria “permanente” para estas naciones, acompañada de medidas que, de concretarse, transformarían la política migratoria estadounidense de forma profunda.
El comunicado, que también fue amplificado por canales oficiales del Gobierno de EE. UU., presentó una visión donde el sistema migratorio actual estaría “erosionando” la calidad de vida del país, por lo que propone recuperar el control mediante acciones que afectarían directamente a millones de personas.
✋ Te puede interesar: ¿Quién es Christopher Landau, el “quita visas” de EE.UU.?
La dimensión del anuncio abre interrogantes sobre su impacto, especialmente para regiones enteras cuyos ciudadanos históricamente han visto en EE. UU. un destino migratorio. La propuesta convierte la migración de países del Tercer Mundo a Estados Unidos en un asunto de geopolítica y de proyección internacional.
El anuncio: una pausa “permanente” a la migración
Trump afirmó que busca “pausar permanentemente” la migración de países del Tercer Mundo a Estados Unidos, argumentando que el sistema migratorio necesita “recuperarse” tras lo que describe como “millones de admisiones ilegales”. Según su mensaje, esta suspensión incluiría:
- Frenar toda migración desde los países clasificados como Tercer Mundo.
- Terminar las admisiones que considera “ilegales” bajo la administración Biden.
- Revisar procesos aprobados mediante “Autopen”, un mecanismo que Trump califica como “no autorizado”.
El mensaje apunta a un rediseño completo del sistema de admisión, con un énfasis particular en reducir el flujo desde naciones en vías de desarrollo. Aún no se detallan criterios oficiales para definir cuáles países estarían incluidos, pero la expresión “Tercer Mundo” abarca históricamente América Latina, África y parte de Asia.
Trump describe la medida como el paso inicial para emprender lo que denomina “reverse migration”, una política orientada a revertir flujos migratorios ya establecidos.
Consecuencias para el panorama internacional
Un anuncio de este alcance tiene efectos inmediatos en la arena diplomática. Al plantear una pausa total a la migración de países del Tercer Mundo a Estados Unidos, la relación bilateral con decenas de gobiernos podría pasar a un terreno más tenso.
Varios países latinoamericanos dependen de la movilidad hacia EE. UU. no solo por vínculos históricos, sino por el impacto económico de las remesas. Una suspensión de gran escala modificaría ese equilibrio, afectando tanto a familias como a economías.
En regiones como África occidental y el sudeste asiático, donde las comunidades migrantes están profundamente arraigadas, un cierre de puertas generaría incertidumbre sobre reunificación familiar, trabajo temporal y programas de protección.
La narrativa utilizada —con menciones a “autopen approvals”, “públicos dependientes”, o personas “no compatibles con la civilización occidental”— también eleva el tono político del anuncio, lo que podría generar respuestas formales de gobiernos afectados.
Las medidas complementarias que propone
El mensaje detalla un conjunto de acciones adicionales que acompañarían la pausa migratoria:
- Retirar beneficios federales a no ciudadanos.
- Denaturalizar a migrantes que “socaven la tranquilidad doméstica”.
- Deportar a quienes sean considerados “carga pública”.
- Expulsar a ciudadanos extranjeros “no compatibles con la civilización occidental”.
Estas medidas se insertan en una visión más amplia de “corregir” el sistema mediante la reducción drástica de poblaciones migrantes, especialmente aquellas provenientes del Tercer Mundo.
Aunque no existen aún lineamientos administrativos que indiquen cómo se implementarían, los anuncios abren debates jurídicos: desde la constitucionalidad de la denaturalización hasta los límites estatales para definir “carga pública”.
En este punto del comunicado, la migración de países del Tercer Mundo a Estados Unidos deja de ser solo un flujo de entrada y se convierte en un foco de depuración interna.
“Reverse migration”: el punto más polémico
Trump afirma que “solo la reverse migration puede curar la situación”. El concepto, sin desarrollo oficial, apunta a revertir flujos migratorios ya asentados dentro del país.
Ese planteamiento podría implicar revisiones masivas de estatus, deportaciones ampliadas y reconfiguración de programas de integración. En términos internacionales, representaría una política sin precedentes recientes en economías desarrolladas.
La frase final del mensaje —un “Happy Thanksgiving” dirigido solo a quienes “no odien a América”— añade un tono político que resalta el carácter identitario del anuncio.
ℹ️
Si tienes dudas sobre este contenido, puedes solicitar las fuentes utilizadas para su desarrollo en nuestra zona de contacto adjuntando la URL de esta misma.


