Christopher Landau “el quita visas” se ha convertido en un nombre que resuena con fuerza en la política internacional. Lo que comenzó como un apodo en redes sociales terminó por definir a uno de los diplomáticos más polémicos del gobierno de Donald Trump. Desde funcionarios políticos extranjeros hasta presidentes, pocos se sienten seguros cuando este nombre aparece en las conversaciones.
Su poder no se limita a las cúpulas políticas. Artistas, estudiantes y figuras públicas también han sido alcanzados por sus decisiones. En un mundo donde la visa a Estados Unidos es símbolo de movilidad y estatus, Landau convirtió ese documento en una herramienta de presión que incomoda a muchos.
¿Quién es Christopher Landau?
Nacido en Madrid en 1963, Christopher Landau se formó en Harvard, donde destacó como uno de los juristas más brillantes de su generación. Fue secretario en la Corte Suprema de EE.UU. y durante décadas ejerció como abogado en firmas de renombre. Su perfil académico y legal lo proyectó rápidamente hacia los círculos de poder en Washington.

En 2019 fue nombrado embajador de Estados Unidos en México, donde consolidó su perfil negociador. Hoy, como subsecretario de Estado en la administración Trump, es considerado parte de la estrategia diplomática más dura frente a América Latina y Europa.
El nacimiento del “quita visas”
El apodo surgió de manera casi accidental. En una publicación en la red social X, Christopher Landau se refirió a sí mismo como “el quita visas”, generando un efecto inmediato. La frase “Everyone fears the dreaded #ElQuitaVisas” acompañó su comentario y pronto se viralizó.
Casos concretos respaldaron ese título: la cancelación de la visa a la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar, o a la consejera de Morena en Jalisco, Melissa Cornejo, junto con artistas como el grupo Los Alegres del Barranco. Cada decisión reforzaba la percepción de que Landau no dudaba en usar el visado como un arma política.
Más allá de la política: el alcance civil
El poder de Christopher Landau el quita visas no se limita a presidentes y gobernadores. Estudiantes extranjeros con becas en universidades estadounidenses han visto peligrar sus permisos tras manifestar apoyo abierto a Hamas en protestas internacionales.
Para justificar estas decisiones, Landau y su equipo han repetido un lema contundente: “Support the country you live in or live in the country you support !” (Apoya al país en el que vives o vive en el país que apoyas). Bajo esa narrativa, el visado deja de ser un derecho adquirido y se convierte en un privilegio condicionado por la lealtad a Estados Unidos.
Con ello, el diplomático ha extendido su influencia más allá de los pasillos de la diplomacia, alcanzando la vida cotidiana de civiles que ven en sus redes sociales un riesgo latente para su estadía en Norteamérica.
Choques en América Latina
En septiembre de 2025, Christopher Landau respondió con un escueto “A la orden” a Daniel Quintero, exalcalde de Medellín, quien se ofreció a renunciar a su visa en solidaridad con el presidente colombiano Gustavo Petro, a quien le revocaron su visa tras llamar a la insubordinación de soldados estadounidenses contra Donald Trump. La frase, publicada en X, bastó para desatar un debate sobre la influencia real de Landau en Colombia.
En México, el “quita visas” ya había ganado notoriedad por la suspensión de documentos a figuras de la política local. En cada caso, el mensaje era el mismo: Estados Unidos estaba dispuesto a usar el visado como un instrumento de presión diplomática.
Europa en la mira: el caso Zapatero
El alcance del “quita visas” cruzó el Atlántico cuando Landau sugirió en redes quitarle la visa al expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero por sus vínculos con Nicolás Maduro. Lo hizo con una imagen de Batman frente a la Bati-Señal, pero en lugar del murciélago aparecía la palabra “El quitavisas”.
Este episodio reflejó la estrecha relación de Landau con Marco Rubio, secretario de Estado de Trump y principal impulsor de la línea dura contra Venezuela. En ese contexto, la cancelación de visados dejó de ser un trámite burocrático para convertirse en un mensaje político global.
El poder del “quita visas” en la era Trump
Christopher Landau el quita visas representa la faceta más directa de la diplomacia estadounidense bajo Donald Trump. Lo que antes era un documento de viaje, ahora se percibe como un recurso de ajusticiamiento y control diplomático.
De artistas a presidentes, pasando por estudiantes y activistas, nadie parece estar fuera del radar de este funcionario. Su figura, construida entre tribunales, embajadas y redes sociales, refleja cómo la política migratoria de Trump utiliza la visa como un arma diplomática.
La incógnita que queda es si el poder del “quita visas” seguirá creciendo en la medida en que Estados Unidos intensifique su política de presión en América Latina, Europa y más allá.