El Xpress

La receta de la vida está completa en este asteroide que descubrió la NASA

Una visualización artística de la nave OSIRIS-REx descendiendo hacia el asteroide Bennu para recolectar una muestra.

Científicos hallaron en Bennu la receta para el origen de la vida, incluyendo azúcares esenciales que pudieron llegar a la Tierra en meteoritos.

La NASA reveló un hallazgo que podría reescribir lo que entendemos sobre nuestros orígenes: en muestras del asteroide Bennu, recuperadas por la misión OSIRIS-REx, científicos identificaron componentes clave que conforman la receta para el origen de la vida. Aunque no se trata de evidencia de vida extraterrestre, sí representa una pieza que faltaba en el rompecabezas sobre cómo surgieron las primeras moléculas biológicas en la Tierra.

Las muestras, analizadas por equipos de Japón y Estados Unidos, contienen ribosa y glucosa, dos azúcares esenciales para los procesos biológicos. Este descubrimiento se suma a la detección previa de aminoácidos, fosfatos y nucleobases, reforzando la idea de que los materiales primordiales estaban dispersos por el sistema solar mucho antes de que la Tierra estuviera lista para albergar vida.

Te puede interesar: ¿Es real que una represa en China movió el eje de la Tierra?

Con esta revelación, la pregunta ya no es solo cómo se formó la vida, sino cuán extendidos estaban estos ingredientes en el nacimiento del sistema solar. La receta para el origen de la vida pudo haber sido más común de lo que imaginábamos.

Azúcares que completan la receta biológica

El equipo dirigido por Yoshihiro Furukawa identificó ribosa y glucosa en el material traído desde Bennu. La ribosa es crucial para formar el esqueleto del ARN, mientras que la glucosa es un motor energético fundamental para los organismos actuales. Antes de este estudio, nunca se había encontrado glucosa en astromateriales, lo que convierte este hallazgo en un avance sin precedentes.

La presencia de ribosa, pero no de desoxirribosa —clave del ADN—, respalda la hipótesis del “mundo de ARN”, según la cual las primeras formas de vida se basaron únicamente en esta molécula capaz de almacenar información y catalizar reacciones. Este contraste entre moléculas añade fuerza a la teoría de que la receta para el origen de la vida comenzó con estructuras más simples y evolucionó con el tiempo.

Las declaraciones del científico Daniel Glavin, de NASA Goddard, confirman la importancia del hallazgo: todas las piezas para formar ARN ya están presentes en Bennu. Según explicó, este análisis exigió pulverizar parte del material recolectado y someterlo a técnicas avanzadas de cromatografía para separar y detectar los azúcares en concentraciones mínimas.

El misterioso “chicle espacial”

Un segundo estudio reveló un compuesto inesperado: un material flexible y polimérico, parecido a un chicle endurecido, nunca antes observado en rocas espaciales. Su descubrimiento abre nuevas líneas de investigación sobre la complejidad química del sistema solar temprano.

Este “chicle espacial”, rico en nitrógeno y oxígeno, se habría formado en las primeras etapas del asteroide padre de Bennu, antes de que el cuerpo alcanzara temperaturas lo suficientemente altas como para crear ambientes acuosos. Su estructura sugiere procesos químicos primitivos que podrían haber contribuido a las primeras rutas de síntesis orgánica.

Los investigadores comparan su composición con polímeros como el poliuretano, aunque su estructura es mucho más desordenada y heterogénea. Se trata de un indicio más de que la receta para el origen de la vida incluía ingredientes inesperados y complejos.

Polvo de supernovas: el ingrediente más antiguo

El tercer estudio encontró en Bennu una abundancia excepcional de granos presolares procedentes de supernovas. Este polvo, formado antes que nuestro propio sistema solar, confirma que el asteroide nació en una región del disco protoplanetario rica en materiales estelares.

El equipo liderado por Ann Nguyen observó que, aunque Bennu sufrió alteraciones por fluidos, partes del material permanecieron casi intactas desde su formación. Estas “cápsulas del tiempo” contienen pistas sobre cómo se combinaron minerales, hielos y compuestos orgánicos en los primeros millones de años del sistema solar.

El hallazgo refuerza la idea de que los ingredientes primordiales llegaron a la Tierra a través de asteroides como Bennu, lo que encaja con el papel central de estos cuerpos en la distribución de la receta para el origen de la vida.

Un laboratorio del pasado que apunta al futuro

Los hallazgos de Bennu revelan que los componentes esenciales estaban presentes en el sistema solar mucho antes de que surgieran los primeros océanos terrestres. Según Glavin, el descubrimiento eleva la probabilidad de que ambientes similares —como Marte o las lunas heladas— también hayan recibido los mismos ingredientes.

La misión OSIRIS-REx no solo aporta conocimiento sobre los orígenes químicos, sino que también ofrece información crucial para futuras estrategias de defensa planetaria. Bennu, catalogado como potencialmente peligroso, ya ha sido caracterizado física y químicamente de forma inédita.

La receta para el origen de la vida podría estar repartida por todo el sistema solar. Y Bennu, un asteroide oscuro y aparentemente inerte, acaba de ofrecernos una cucharada decisiva.

ℹ️
Si tienes dudas sobre este contenido, puedes solicitar las fuentes utilizadas para su desarrollo en nuestra zona de contacto adjuntando la URL de esta misma.

Robinson Gualteros

Investigador. Exploro temas en tendencia y verifico sus fuentes