En una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador estadounidense Mike Waltz lanzó duras críticas al presidente Gustavo Petro, señalando que sus políticas han sido “irresponsables” y que han contribuido a un aumento de la violencia en el país. Las declaraciones de EE. UU. sobre Gustavo Petro reflejaron su distanciamiento frente a el proceso de paz de Colombia, marcando un cambio de tono inédito en la relación bilateral.
El discurso, pronunciado durante la votación de la resolución que renovó el mandato de la Misión de Verificación de la ONU, deja ver que la administración Trump no está dispuesta a mantener el apoyo irrestricto que caracterizó a los años anteriores. Waltz afirmó que el gobierno estadounidense respaldará la paz en Colombia, pero bajo nuevas condiciones.
“El presidente Petro tiene políticas mal orientadas y responsables de una mayor inestabilidad y violencia en Colombia”, declaró Waltz ante el Consejo. “Nuestras relaciones con el pueblo colombiano seguirán siendo fuertes, y lo serán aún más cuando Petro deje el cargo y sus políticas sean abandonadas”.
Críticas directas al modelo de paz
En su intervención, Waltz aseguró que el proceso de paz de Colombia se ha convertido en un “modelo defectuoso” que, lejos de fortalecer la estabilidad, ha dejado espacio para el avance de grupos criminales y el narcotráfico. Añadió que Washington no puede seguir respaldando “procesos costosos e ineficientes” que se apartan de los objetivos reales de paz y seguridad.
El diplomático insistió en que las misiones de la ONU deben centrarse en su función esencial: mantener la paz, reducir la violencia y evitar que se conviertan en plataformas políticas. “Ha llegado el momento de alinear nuestras palabras con nuestras acciones”, dijo Waltz, en referencia a los compromisos financieros de su país con las operaciones internacionales.
Con estas palabras, el embajador estadounidense reafirmó la línea trazada por la Casa Blanca: reducir la carga financiera global y condicionar el respaldo internacional a los resultados concretos en seguridad y justicia.
Un mensaje político con destino a Bogotá
Aunque Waltz reiteró que Estados Unidos “sigue comprometido con la paz y la justicia en Colombia”, su discurso fue leído como una advertencia. Washington dejó claro que su cooperación futura dependerá de un replanteamiento de el proceso de paz de Colombia, en especial de las políticas implementadas bajo el liderazgo de Petro.
“Bajo el liderazgo del presidente Trump, Estados Unidos ya no está dispuesto a comprometer sus posiciones sobre seguridad y justicia en nombre de un proceso de paz defectuoso”, enfatizó Waltz.
La intervención del diplomático cerró con un mensaje hacia el futuro: su país está dispuesto a trabajar con el “próximo gobierno de Colombia” para redefinir prioridades y revisar el papel de la ONU en el territorio. Una declaración que, en clave política, afirma el distanciamiento de Washington frente al actual gobierno colombiano.
Una ruptura simbólica en el Consejo de Seguridad
La abstención de Estados Unidos en la votación final sobre la resolución del Consejo de Seguridad —la primera en ocho años sin consenso pleno— simboliza un punto de quiebre en el apoyo internacional a el proceso de paz de Colombia. Con su discurso, Waltz no solo justificó el voto estadounidense, sino que envió un mensaje de advertencia sobre el futuro del acompañamiento internacional.
Mientras la ONU continúa respaldando el acuerdo con las FARC y la misión en terreno, la posición de Washington abre un nuevo capítulo en la relación con Bogotá: uno marcado por la desconfianza y la exigencia de resultados tangibles. En adelante, el proceso de paz de Colombia deberá demostrar su efectividad no solo ante los colombianos, sino también ante un aliado histórico que, por primera vez, opta por tomar distancia.
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