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Así era el color original de la Estatua de la Libertad en 1886

La Estatua de la Libertad mostrada en cobre, dorado, plateado, negro y verde, representando el debate sobre el verdadero color de la Estatua de la Libertad

El verdadero color de la Estatua de la Libertad sorprendió al mundo en 1886: no era verde, sino un brillante cobre que luego cambió.

Hoy todos reconocemos a la Estatua de la Libertad por su inconfundible tono verdoso, visible desde kilómetros a la redonda en la bahía de Nueva York. Sin embargo, el verdadero color de la Estatua de la Libertad no siempre fue el que conocemos hoy. Cuando se inauguró en 1886, su aspecto sorprendía por completo a quienes llegaban al puerto de Nueva York.

Convertida en símbolo universal de la libertad y la emancipación, la estatua fue un regalo del pueblo francés a Estados Unidos. Desde su inauguración, se convirtió en la primera visión de millones de inmigrantes europeos que arribaban a América. Pero detrás de esa imagen que tenemos grabada en la memoria colectiva, se esconde una transformación que cambió para siempre su apariencia.

El misterio del cambio de color ha generado curiosidad durante décadas: ¿qué ocurrió realmente con la piel metálica de este monumento?

El origen de la Estatua de la Libertad

La obra, titulada La Libertad iluminando al mundo, fue diseñada por el escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi y su estructura interna por el ingeniero Alexandre Gustave Eiffel. El monumento se levantó con un armazón de hierro y más de 300 planchas de cobre que cubrían la superficie.

Desde el inicio se concibió como un regalo cargado de simbolismo, inaugurado el 28 de octubre de 1886 en presencia del presidente Grover Cleveland. La imponente figura, coronada por una antorcha, se convirtió rápidamente en una referencia visual para Nueva York y en un faro de esperanza para quienes llegaban al país.

En aquel momento, la estatua lucía muy distinta a como la vemos hoy, y es ahí donde comienza el enigma que atrapó a los primeros visitantes.

La metamorfosis química del cobre

El cobre, material con el que se cubrió la estatua, no es estático: reacciona con el ambiente. Al estar expuesto al aire, la humedad y la contaminación, empieza a transformarse. El proceso, conocido como patinación, produce capas de sales y compuestos químicos que poco a poco cambian el aspecto externo del metal.

En los primeros años, la superficie pasó por tonos oscuros e irregulares. La transformación fue progresiva y, en apenas dos décadas, el monumento adquirió un color completamente distinto al original.

El debate sobre si debía ser pintada para conservar su aspecto inicial surgió en 1906, pero expertos y ciudadanos coincidieron en que la pátina que recubría la estatua la protegía del deterioro. Desde entonces, se aceptó que ese nuevo color sería parte inseparable de su identidad.

El verdadero color de la Estatua de la Libertad

El verdadero color de la Estatua de la Libertad en 1886 era un tono metálico rojizo y brillante, muy similar al de una moneda recién acuñada. El cobre resplandecía bajo el sol, ofreciendo un aspecto majestuoso y muy distinto al verde esmeralda que hoy reconocemos.

Incluso en la cultura popular podemos ver este recuerdo. En la película animada Un cuento americano (1986), hay una escena en la que la estatua aparece representada con su color original, como guiño histórico. Ese detalle suele sorprender a quienes asocian inmediatamente el monumento con el verde, sin imaginar que su piel metálica brilló alguna vez como el cobre pulido.

La Estatua de la Libertad en su color original de cobre rojizo, mostrando la textura metálica y el verdadero color de la Estatua de la Libertad contra un cielo azul con nubes
Ilustración digital de la Estatua de la Libertad en color cobre

El verde como identidad cultural

Con el paso de los años, el verde dejó de ser un accidente químico para convertirse en parte esencial de la identidad del monumento. Para millones de inmigrantes que arribaron a principios del siglo XX, la estatua ya era verde cuando la divisaron por primera vez desde el océano.

Ese cambio visual redefinió la imagen del monumento en el imaginario colectivo. El verde se consolidó como el color de la esperanza y la libertad, mientras que la antorcha dorada, añadida en la restauración de los años 80, aportó un contraste simbólico que recuerda al brillo perdido del cobre original.

Un símbolo que cambió de piel, pero no de significado

La historia del verdadero color de la Estatua de la Libertad demuestra cómo un simple proceso químico pudo transformar no solo la apariencia del monumento, sino también su significado cultural. De cobre rojizo a verde esmeralda, su metamorfosis la convirtió en un ícono inconfundible.

Hoy, resulta imposible imaginarla en otro color que no sea el verde. Pero recordar su aspecto original nos conecta con su nacimiento en 1886 y con la chispa metálica que iluminó por primera vez la bahía de Nueva York.

Referencias

Contexto histórico, autores, materiales y detalles de la inauguración en 1886.

Wikipedia

Explicación del proceso de patinación, color original cobrizo y restauraciones de la antorcha.

laestatuadelalibertad.com

Detalle de las reacciones químicas del cobre, la formación de la pátina y el debate sobre pintarla.

ThoughtCo

Robinson G.

Escritor entusiasta. Me gusta explorar temas curiosos y dudas existenciales. Todo empezó con aquellos “Datos curiosos de Google”.