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Tiburón Galápagos muerde la cabeza de un biólogo durante marcaje científico

El biólogo marino Mauricio Hoyos Padilla, conocido por sobrevivir tras ser mordido en la cabeza por un tiburón, posa frente a una imagen de la especie en una fotografía de archivo

El biólogo Mauricio Hoyos fue mordido por un tiburón mientras investigaba su conducta. Hoy agradece la vida y defiende su conservación.

El biólogo marino mexicano Mauricio Hoyos Padilla se recupera satisfactoriamente tras el incidente en el que un tiburón le mordió la cabeza mientras realizaba labores de marcaje científico en el Parque Nacional Isla del Coco, en el Pacífico costarricense. El hecho, registrado el 27 de septiembre, ha generado tanto sorpresa como admiración por la serenidad con que el investigador relata el momento.

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El ataque en plena labor científica

Durante una inmersión destinada a colocar marcas de rastreo a tiburones, Hoyos Padilla descendió a 40 metros de profundidad junto a un capitán de apoyo. Según relató, la hembra de tiburón Galápagos giró inesperadamente y mordió su rostro y cabeza, dejándolo por unos segundos dentro de su boca. Así se originó el episodio que él mismo describe como uno de los más impactantes de su carrera.

“Sentí cómo crujió mi cráneo y pensé que ya no saldría. Pero ella se detuvo. Me perdonó la vida”, contó el investigador en una entrevista con El País.

A pesar de la gravedad del momento, el científico mantuvo la calma y logró ascender. El capitán de la lancha de apoyo lo asistió de inmediato, evitando una tragedia.

Rescate y recuperación

Gracias a la rápida intervención de los guardaparques y paramédicos del Parque Nacional Isla del Coco, el biólogo recibió atención médica a pocos minutos del suceso. Posteriormente fue trasladado en un complejo operativo marítimo de 36 horas hasta la Clínica Bíblica en San José, donde permaneció fuera de peligro y en condición estable.

El episodio ocurrió en una zona cercana a una estación de primeros auxilios, lo que facilitó el rescate. “Me ocurrió en el mejor lugar posible”, dijo Hoyos, agradecido con el equipo que lo atendió.

El mensaje detrás del ataque

Lejos de culpar al animal, Hoyos Padilla insiste en que el tiburón solo reaccionó de forma defensiva y que su experiencia es una lección sobre respeto al ecosistema marino. En su reflexión, recuerda que los humanos son quienes invaden el hábitat de los tiburones, no al revés.

“El tiburón me perdonó la vida. Pudo matarme, pero no lo hizo. Tenemos que respetar que, cuando entramos al océano, formamos parte de su cadena alimenticia.”

El científico, que lleva más de 30 años dedicados al estudio de tiburones, reafirma su misión de proteger estas especiesy promover corredores marinos internacionales que garanticen su conservación. Su trabajo ha contribuido a la creación de áreas protegidas en el Pacífico mexicano, como el archipiélago de Revillagigedo.

Una vida dedicada al mar

Mauricio Hoyos, formado en la UNAM y especializado en biología marina, es una figura clave en el estudio de los tiburones del Pacífico. En sus palabras, la experiencia que casi le cuesta la vida refuerza su compromiso con estos animales.

“No son monstruos. Son especies milenarias que cumplen un rol vital. El verdadero peligro somos nosotros, que destruimos su hábitat.”

Con esta vivencia, el investigador busca transformar el miedo en conocimiento y la tragedia potencial en un recordatorio del equilibrio que debe existir entre el ser humano y el mar.

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Robinson Gualteros

Investigador. Exploro temas en tendencia y verifico sus fuentes