A la una de la madrugada de hoy, el Perú amaneció con un nuevo presidente del Perú. Tras una jornada parlamentaria extensa, el Congreso aprobó la vacancia de Dina Boluarte Zegarra y juramentó a José Enrique Jerí Oré como nuevo jefe de Estado, marcando un nuevo episodio en la constante inestabilidad política del país.
En sesión solemne ante el Pleno, Jerí Oré asumió el cargo hasta el 28 de julio de 2026, prometiendo defender la soberanía nacional, la integridad del país y la independencia de las instituciones democráticas. Su juramento se produjo pocas horas después de que el Parlamento declarara la permanente incapacidad moral de Boluarte, aprobando así su salida definitiva del poder.
La madrugada del cambio
El nombramiento de José Jerí Oré se dio en un ambiente de tensión y cansancio político. A la 1:00 a.m., el ahora nuevo presidente del Perú inició su gestión con un discurso en el que reconoció la fragilidad institucional del país y la desconfianza ciudadana hacia la clase política. “El Perú atraviesa una crisis constante que parece no tener fin. Tenemos gobiernos que no terminan su mandato, instituciones debilitadas y una población cansada”, afirmó.
Jerí Oré también pidió perdón a los peruanos por los errores cometidos por quienes han ejercido el poder en los últimos años. En su mensaje, prometió construir un gobierno que devuelva la confianza a la ciudadanía y siente las bases de una reconciliación nacional. “Debemos sembrar esas bases hoy, no mañana”, sostuvo.
Un mensaje de reconciliación
El mandatario afirmó que su gestión será un gobierno de empatía y reconciliación nacional, y que convocará a todas las fuerzas políticas para alcanzar acuerdos mínimos que permitan la estabilidad institucional. Jerí Oré hizo un llamado a dejar atrás las disputas ideológicas y a priorizar el bienestar del país.
“El Perú necesita sanar sus heridas. Les pido a todas las bancadas, a los gremios y a la sociedad civil, que nos unamos en este esfuerzo por reconstruir el país. No podemos seguir siendo un país dividido por la desconfianza”, expresó el nuevo presidente del Perú en su primer mensaje al país.
Guerra contra la delincuencia
En otro momento, Jerí Oré fue categórico al declarar una guerra total contra la delincuencia, a la que calificó como el principal enemigo del país. “Debemos unirnos en una cruzada nacional. Con la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas y el compromiso de las instituciones, vamos a ganarle esta guerra a la delincuencia”, enfatizó.
El mandatario subrayó que su prioridad será devolver la seguridad a las calles, tras meses de violencia, extorsiones y homicidios que deterioraron la confianza en el Estado. Además, garantizó que su gobierno velará por la transparencia y neutralidad del próximo proceso electoral, asegurando que las futuras elecciones se realicen con limpieza y respeto por la ley.
Reacciones: Pedro Castillo reaparece y exige su restitución
El expresidente Pedro Castillo, destituido en diciembre de 2022 tras intentar disolver el Congreso, reapareció en la madrugada con un mensaje en la red social X, donde calificó de “ilegal” su vacancia y pidió la anulación de la resolución que lo destituyó.
Castillo sostuvo que, con la aprobación de la vacancia de Dina Boluarte, se produciría “un vacío de poder” y reclamó ser restituido en el cargo.
“Cuando se apruebe dicha vacancia también con 104 votos o más, se producirá un vacío de poder […] y se debe restituir mi mandato”, escribió el exmandatario desde prisión, llamando al pueblo a movilizarse hacia el Congreso.
Su publicación profundizó la polarización política y desató nuevas discusiones sobre la legitimidad del proceso de sucesión constitucional que llevó a José Jerí Oré al poder.
El reto inmediato de Jerí Oré
El nuevo presidente del Perú enfrenta ahora el desafío de reconstruir la estabilidad política en un contexto de desconfianza ciudadana, crisis económica y creciente inseguridad. Su llamado a la reconciliación nacional marca el inicio de una gestión que buscará ser transitoria, pero también restauradora.
“El mundo nos observa”, dijo Jerí Oré en su discurso final, consciente de que el destino de su corto mandato podría definir el rumbo institucional del Perú en los próximos años.