El presidente de Colombia, Gustavo Petro, intensificó sus críticas hacia la oposición internacional al denunciar la existencia de un lobby de la extrema derecha que, según él, manipula al mandatario estadounidense Donald Trump y busca desestabilizar los gobiernos progresistas en América Latina. Las declaraciones fueron parte de su conferencia de prensa en la Casa de Nariño, en medio de la creciente tensión diplomática entre Bogotá y Washington.
Petro sostuvo que la llamada “extrema derecha miamiense” actúa como intermediaria entre sectores políticos colombianos y el entorno de Trump, difundiendo información sesgada para debilitar su gobierno. Según el mandatario, este lobby de la extrema derecha también busca reactivar viejas alianzas con el uribismo para evitar que el progresismo colombiano vuelva a triunfar en las elecciones.
“La extrema derecha miamiense manipula a Trump. Los beneficiarios son los narcotraficantes y los que quieren que volvamos al pasado”, afirmó Petro, al señalar que detrás de la confrontación política también existen intereses económicos.
Venezuela y la geopolítica del conflicto
Durante su discurso, Petro advirtió que el lobby de la extrema derecha no solo busca debilitar su administración, sino también promover una estrategia regional que afecte a Venezuela. “Juntan ambas cosas: golpear al progresismo colombiano y tomar los pozos de petróleo de Venezuela”, declaró. El presidente colombianos acusó a esos grupos de querer provocar un nuevo ciclo de intervencionismo y violencia en la región.
El mandatario señaló que esta agenda coincide con la política energética de sectores conservadores de Estados Unidos y con intereses económicos de corporaciones que buscan expandirse en América del Sur. “Si seguimos ese camino, América Latina puede acabar como Libia o Siria”, advirtió, evocando los efectos de las intervenciones extranjeras en Medio Oriente.
Un mensaje que reconfigura la narrativa diplomática
Con sus declaraciones, Petro reforzó la idea de una diplomacia latinoamericana independiente frente a las presiones de Washington. Dijo que su gobierno apuesta por el diálogo y la integración regional como respuesta a la confrontación ideológica. “No queremos repetir guerras ajenas, queremos construir unidad en la diversidad”, afirmó.
El discurso del presidente colombiano cierra una semana marcada por tensiones bilaterales, acusaciones cruzadas y la promesa de que Colombia no se someterá a intereses externos.



