Bogotá acaba de poner en marcha un servicio que promete cambiar vidas: un hospedaje social pensado para exhabitantes de calle que han avanzado en su proceso de inclusión. En esencia, funciona como una especie de hotel para habitantes de calle, un espacio estable, acompañado y diseñado para impulsar la autonomía. Y sí, más que un techo, busca ser una nueva oportunidad… algo así como un “check-in” hacia la vida digna.
La iniciativa nace del rediseño del modelo de atención, sustentado en los resultados del Censo de Habitantes de Calle 2024 y en el intercambio de experiencias con São Paulo, con apoyo del Banco Mundial. Con este servicio, Bogotá se convierte en pionera nacional al ofrecer una alternativa habitacional de mediano y largo plazo para 120 personas que ya demostraron avances sólidos en educación, empleo y procesos de recuperación
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El Alcalde Carlos Fernando Galán calificó la apertura como un paso esperanzador, mientras que el Banco Mundial destacó que la calidad de una política social se mide por la atención a quienes más lo necesitan. Todo apunta a que este nuevo modelo será una especie de “llave maestra” que abra puertas a mayores niveles de autonomía.
Una especie de hotel para habitantes de calle
El Hospedaje Social surge del análisis profundo del Censo de Habitantes de Calle 2024, que permitió identificar qué perfiles requieren una solución habitacional estable para sostener sus avances. A partir de esos datos, la Secretaría de Integración Social redefinió la ruta de atención, proponiendo un modelo que combina vivienda temporal, acompañamiento profesional y continuidad en los proyectos de vida.
Esta experiencia incorpora además aprendizajes técnicos de la Alcaldía de São Paulo, facilitados por el Banco Mundial. Todo apunta a un enfoque integral que entiende que la inclusión real requiere tiempo, rutina, soporte y estabilidad: exactamente lo que busca entregar una especie de hotel para habitantes de calle pensado para procesos de recuperación sostenida.
La administración distrital destaca que este es apenas el primer paso en el rediseño total del sistema de atención, marcando un punto de partida para políticas más profundas y duraderas en inclusión social.
Qué ofrece el Hospedaje Social
A diferencia de los servicios tradicionales, este modelo permite que los usuarios mantengan su vida productiva: pueden estudiar, trabajar, realizar trámites y luego regresar al hospedaje para descansar, recibir acompañamiento o continuar sus planes. En otras palabras, una especie de “ir y venir” tan natural como en cualquier hotel, pero con gran carga social.
Cada persona recibe una valoración integral para elaborar su Plan de Atención Individual (PAI). Este define metas en redes familiares, salud, educación, empleo y estabilidad emocional. Todo se trabaja con enfoque diferencial y de género.
El espacio funciona 24/7 y ofrece habitación compartida con baño privado, armario personal, acceso a internet, zonas comunes, gimnasios y apoyo alimentario. El equipo técnico hace seguimiento hasta por seis meses después de la salida del hospedaje, garantizando acompañamiento en el proceso de autonomía.
El servicio incorpora atención especial para personas con discapacidad y para población LGBTI, adaptando accesibilidad física, comunicativa y actitudinal. La apuesta es crear un entorno libre de violencias y discriminación.
Historias que abren camino
El lanzamiento estuvo acompañado por testimonios que ilustran el impacto de estas políticas. Entre ellos, el de Vivian Cristina Niño, quien vivió 20 años en la calle y, gracias a los programas de Integración Social, logró terminar el bachillerato, reencontrarse con su familia y reconstruir su vida. Para ella, este nuevo servicio representa la oportunidad de que otros vivan procesos similares.
El alcalde Galán celebró este primer paso y pidió retroalimentación constante para mejorar el modelo. Por su parte, el Banco Mundial resaltó la importancia de compartir estas experiencias con otros países, al ser una muestra de innovación social efectiva.
En suma, este servicio funciona como una especie de hotel para habitantes de calle, pero con una carga humana, técnica y comunitaria que va mucho más allá de un simple alojamiento: es un puente hacia la reintegración plena.
Un avance clave en la política social de Bogotá
Más que una infraestructura, el Hospedaje Social se perfila como el inicio de una estrategia más amplia para combatir la exclusión extrema. La ciudad apuesta por soluciones habitacionales seguras, acompañadas y diseñadas para quienes ya dieron pasos importantes para salir de la calle.
La administración Galán enfatiza que este rediseño es una apuesta por la dignidad, la autonomía y la reducción del daño. Como dirían los usuarios, es un lugar donde no solo se duerme: también se sueña. Un proyecto que, sin exagerar, funciona como una especie de hotel para habitantes de calle, pero orientado a algo mucho más profundo: reconstruir vidas.
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