El presidente de Colombia, Gustavo Petro, desató una nueva polémica internacional al afirmar que muchos de los pescadores muertos en recientes bombardeos estadounidenses en el Caribe son en realidad “obreros del narcotráfico”, no criminales. La declaración, hecha durante su conferencia de prensa en la Casa de Nariño, generó reacciones inmediatas tanto en medios de Estados Unidos como entre sectores políticos colombianos.
Petro respondió así a una pregunta de The New York Times sobre los colombianos afectados por los ataques a lanchas sospechosas de transportar droga. En su respuesta, el mandatario sostuvo que estas operaciones —realizadas por fuerzas estadounidenses en aguas del Caribe— están costando vidas de personas inocentes, atrapadas en la pobreza estructural de la región.
“Decirle a estos lancheros narcotraficantes, idiomáticamente, en mi opinión, no es. Son obreros del narcotráfico, igual que hay campesinos que terminan dándole insumos a través de la hoja de coca por un dinero y por su situación de pobreza”, afirmó el presidente.
Una frase que reaviva el debate con Washington
Las palabras de Petro llegan en medio de una fuerte tensión diplomática con Washington, desatada tras los ataques estadounidenses a embarcaciones en el Caribe y la reciente descertificación de Colombia en materia antidrogas. En el mismo encuentro, el mandatario calificó esas acciones como “ejecuciones extrajudiciales” y advirtió que Estados Unidos está violando el derecho internacional.
En su intervención, Petro insistió en que las políticas prohibicionistas impulsadas por Estados Unidos han fracasado y siguen golpeando a los sectores más vulnerables de la población. Al decir “obreros del narcotráfico” resume su postura: la guerra contra las drogas castiga a los pobres mientras las estructuras criminales globales permanecen intactas.
Según el presidente, los jóvenes del Caribe colombiano son empujados a colaborar con redes ilegales por falta de alternativas económicas. “La solución no es un misil, sino poner universidades en las islas y crear oportunidades reales”, agregó.
Reacciones divididas dentro y fuera del país
Las declaraciones encendieron la discusión en medios internacionales. En Washington, analistas cercanos al Partido Republicano interpretaron sus palabras como una “justificación moral del narcotráfico”, mientras que sectores progresistas las consideraron una lectura humanista del problema.
En Colombia, la oposición criticó el lenguaje empleado por el mandatario, acusándolo de “diluir la responsabilidad criminal”. Sin embargo, aliados del gobierno defendieron que la expresión obreros del narcotráfico busca visibilizar a quienes terminan involucrados en las cadenas del tráfico por pura supervivencia.
Un mensaje social con impacto político
Más allá de la controversia, al decir “obreros del narcotráfico” refuerza la visión de Petro sobre el narcotráfico como un fenómeno socioeconómico más que criminal. En la misma conferencia, el mandatario afirmó que su gobierno es el que más cocaína ha incautado en la historia, pero que la violencia solo disminuirá si el Estado logra ganarse la confianza del campesinado y las comunidades costeras.
Al defender a los lancheros del Caribe, Petro buscó poner el foco en la desigualdad que alimenta el negocio de la droga. Sin embargo, el tono desafiante de sus palabras, dirigido implícitamente al gobierno de Donald Trump, amplió el eco diplomático de la conferencia y volvió su expresión en uno de los temas más comentados del momento.



