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La ciencia detrás de la temperatura ideal para beber café

Gato sentado en una cafetería mirando una taza humeante esperando la temperatura ideal del café

Descubre la temperatura ideal del café: ni muy caliente ni frío, el punto exacto que potencia dulzura, aroma y la verdadera esencia del grano.

La temperatura ideal del café no siempre coincide con la costumbre de tomarlo hirviendo. Aunque muchos disfrutan sentir la taza casi quemante entre las manos, la ciencia y los baristas coinciden en que el exceso de calor apaga los matices y puede incluso ser peligroso.

Más allá del grano, el método de preparación o la calidad del agua, la temperatura a la que se extrae y se consume el café define su sabor y aroma. El punto exacto permite apreciar notas dulces, redondas o brillantes que de otra forma pasan desapercibidas.

Pero ¿cuál es realmente la temperatura ideal del café? Las respuestas de expertos y estudios recientes revelan rangos muy distintos a lo que solemos imaginar.

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Beber café demasiado caliente, un error común

El café servido demasiado caliente no solo pierde cualidades, también puede ser un riesgo. El famoso caso Liebeck vs. McDonald’s lo evidenció: la cadena servía café a casi 90 °C, lo que causó quemaduras de tercer grado a una clienta. Desde entonces, se recomienda no superar los 60 °C al servir.

Estudios del Centro del Café de la Universidad de California Davis, con más de 3.000 tazas probadas, concluyeron que la mayoría de las personas prefieren su café entre 58 °C y 66 °C. Este rango permite disfrutar del calor sin sacrificar el sabor.

Cuando el café se sirve demasiado caliente, los matices desaparecen. Lo que queda es una bebida plana, que además enmascara la verdadera calidad del grano.

El rango óptimo según expertos

Los baristas coinciden: la extracción suele hacerse cerca de 90 °C, pero el consumo debe bajar a entre 55 °C y 65 °C. En ese rango, el café se siente caliente pero sin quemar y se perciben notas dulces y balanceadas.

Según Nescafé, preparar café con agua a unos 80 °C es suficiente para extraer correctamente los sabores sin arruinar el perfil de la bebida. Hervir el agua hasta 100 °C no solo es innecesario, también puede darle un gusto amargo.

George Howell, referente del café de especialidad, recomienda beberlo lentamente mientras desciende de 54 °C a 49 °C, momento en que la bebida revela mayor complejidad aromática y dulzor. Como un vino que evoluciona en la copa, el café se transforma a medida que baja de temperatura.

La conclusión es clara: la temperatura ideal del café no es única, depende de si se prioriza la calidez inmediata o la riqueza de matices.

El arte de encontrar tu propia temperatura ideal

La ciencia ofrece guías claras, pero cada paladar tiene la última palabra. En general, la temperatura ideal del café se encuentra entre 55 °C y 65 °C, suficiente para sentirlo cálido y, al mismo tiempo, disfrutar de su carácter auténtico.

Lo importante es no temer al reposo: dejar que el café baje unos grados abre la puerta a nuevas sensaciones. Un sorbo a 65 °C no sabe igual que uno a 55 °C, y en ese viaje se esconde la verdadera experiencia de la bebida.

Así, cada taza se convierte en un descubrimiento. El café no solo se bebe: se revela, grado a grado, hasta mostrar toda su riqueza.

Robinson G.

Escritor entusiasta. Me gusta explorar temas curiosos y dudas existenciales. Todo empezó con aquellos “Datos curiosos de Google”.