El portaaviones de Estados Unidos en el Caribe marca un nuevo punto de tensión en el Atlántico. Este lunes, el USS Gerald R. Ford, el más grande y avanzado de la flota estadounidense, ingresó al área de responsabilidad del Comando Sur (SOUTHCOM) para sumarse a las operaciones contra el Cártel de los Soles, según confirmaron el congresista Carlos Giménez y el propio comunicado de la Marina de EE.UU.
La maniobra fue interpretada en la opinión regional como un despliegue de poder frente al régimen de Nicolás Maduro, dada la mención expresa de las “organizaciones criminales transnacionales” en el anuncio oficial del Pentágono. El portaaviones de Estados Unidos en el Caribe vuelve así a poner el foco sobre el control de las rutas del narcotráfico.
Un despliegue con mensaje político
El comunicado del Comando Sur indica que el Gerald R. Ford Carrier Strike Group ingresó al área de operaciones del Cuarto Escuadrón Naval para fortalecer la detección, monitoreo y neutralización de actividades ilícitas. En palabras del portavoz del Pentágono, Sean Parnell, esta acción busca “degradar y desmantelar organizaciones criminales que amenazan la seguridad del hemisferio occidental”.
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Con más de 4.000 marinos y una flota aérea de combate, el portaaviones Gerald R. Ford aporta al Comando Sur capacidades de proyección y disuasión nunca antes desplegadas en esa región. Su llegada coincide con una nueva fase de las operaciones conjuntas que Washington impulsa contra redes de narcotráfico con presuntos nexos militares en Venezuela.
La estrategia del Comando Sur
Fuentes militares señalan que el Gerald R. Ford se integrará a una fuerza combinada con el grupo anfibio del USS Iwo Jima y la unidad expedicionaria de marines en el Atlántico occidental. Bajo el mando del almirante Alvin Holsey, el Comando Sur busca aumentar la presión sobre los corredores navales del Caribe y la costa norte de Sudamérica.
El alto mando estadounidense considera este despliegue como una “medida de disuasión estratégica” en defensa del territorio nacional. La participación del portaaviones de Estados Unidos en el Caribe representa además un gesto de respaldo a las fuerzas regionales que cooperan en el control del narcotráfico.
El contexto regional
Desde el Congreso estadounidense, el congresista Carlos Giménez fue el primero en confirmar el movimiento, asegurando que el Gerald R. Ford se incorporó oficialmente al área del Comando Sur. “Fuerza y fe”, escribió en su mensaje publicado en la red social X, interpretado como una declaración de respaldo al operativo.
En América Latina, la acción ha generado reacciones divididas. Mientras algunos analistas la ven como un paso para contener la influencia de Caracas y La Habana, otros advierten que podría escalar la tensión en la región.
Una nueva fase de operaciones en el Atlántico
La presencia del Gerald R. Ford bajo el Comando Sur marca el inicio de una fase de operaciones ampliadas en el Atlántico y el Caribe. Su flota incluye destructores de la clase Arleigh Burke y escuadrones de aviación embarcada con cazas F/A-18 Super Hornet y aeronaves de guerra electrónica Growler.
Para Washington, se trata de enviar una señal clara: la lucha contra el narcotráfico y las redes de corrupción vinculadas al régimen venezolano se trasladará también al mar. Y el portaaviones de Estados Unidos en el Caribe será el símbolo flotante de esa ofensiva.
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