Trump amenaza a Gustavo Petro en un nuevo discurso cargado de descalificaciones y advertencias. El presidente de Estados Unidos lanzó una ofensiva verbal contra su par colombiano, a quien calificó de “matón” y acusó de permitir “fábricas de cocaína” en su país. Durante su intervención, afirmó que su gobierno ha suspendido todos los pagos hacia Colombia y advirtió: “Será mejor que tenga cuidado o tomaremos medidas muy serias contra él y su país”.
La advertencia de Trump reactivó la tensión entre Washington y Bogotá, en un momento en que la relación bilateral atraviesa su etapa más frágil. Su mensaje refuerza la narrativa de confrontación y coloca a Colombia en el centro de su discurso de seguridad nacional, marcando un giro agresivo en su política hacia América Latina.
🇺🇸🇨🇴 AHORA — Donald Trump sobre el presidente de Colombia, Gustavo Petro:
— Agustín Antonetti (@agusantonetti) October 22, 2025
“Es un matón, está fabricando muchas drogas. Tienen fábricas de cocaína. Será mejor que tenga cuidado o tomaremos medidas muy serias contra él y su país". pic.twitter.com/Oh89CZ8mIF
Un discurso cargado de amenazas
En su intervención, Trump afirmó que Colombia está “fabricando muchas drogas” y que el gobierno de Petro “ha llevado al país a una trampa mortal”. Agregó que su administración “ha detenido todos los pagos hacia Colombia”, una decisión que, según dijo, responde a la falta de cooperación en la lucha antidrogas.
El mandatario también vinculó el narcotráfico con la seguridad nacional de Estados Unidos, asegurando que las drogas provenientes de América Latina “mataron a 300.000 estadounidenses el año pasado”. Con ese argumento, justificó una política de intervención directa contra las operaciones de narcotráfico en aguas internacionales.
“Tenemos autoridad legal. Esto es un problema de seguridad nacional. Si no actuamos, perderemos cientos de miles de vidas”, afirmó Trump.
El respaldo de su secretario Rubio
El secretario de Seguridad Nacional, Marco Rubio, respaldó las declaraciones del presidente, defendiendo los recientes ataques a embarcaciones identificadas como “drug boats” o narcolanchas.
“Si la gente quiere dejar de ver cómo se destruyen las narcolanchas, que dejen de enviar drogas a Estados Unidos”, declaró Rubio, justificando las operaciones militares en aguas internacionales.
Rubio subrayó que las embarcaciones destruidas eran “submarinos con drogas” y que Washington tiene capacidad de rastrear su origen, carga y tripulación desde el inicio del viaje.
Las afirmaciones del funcionario consolidan una narrativa que presenta la lucha antidrogas como un asunto de defensa nacional, desplazando el enfoque tradicional de cooperación hacia una postura más unilateral y coercitiva.
Una escalada diplomática con antecedentes
No es la primera vez que Trump amenaza a Gustavo Petro o al gobierno colombiano. En los últimos meses, la Casa Blanca ha elevado su discurso sobre el papel de Colombia en el narcotráfico y la gestión de cultivos ilícitos. Petro, por su parte, ha respondido en términos duros, denunciando lo que considera una política de imposición y control sobre América Latina.
Estos días, el mandatario colombiano declaró que “Estados Unidos busca un golpe de Estado en su contra”, en referencia a la presión ejercida por Washington sobre su gobierno.
Ese contexto amplifica el peso de las palabras de Trump, que ahora se perciben como un posible giro hacia una confrontación diplomática abierta.
Para saber más sobre ese precedente, puedes leer también: Petro afirma que Estados Unidos busca un golpe de Estado en su contra.
La lectura geopolítica
Analistas internacionales coinciden en que las declaraciones de Trump tienen un doble objetivo: reforzar su narrativa de seguridad ante el electorado estadounidense y ejercer presión sobre un gobierno latinoamericano que ha tomado distancia de Washington.
La amenaza pública de un presidente estadounidense a otro mandatario elegido democráticamente es un hecho inusual que revela la tensión estructural en la relación bilateral.
El conflicto, hasta ahora verbal, podría marcar el inicio de una nueva fase en las relaciones entre Estados Unidos y Colombia.



