La novela continua…
La versión sobre el combustible al avión presidencial dio un giro inesperado en cuestión de horas. Tras una intensa jornada de rumores, y habiendo desmentido el episodio del combustible, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, aclaró que el incidente de abastecimiento si ocurrió, pero no fué en Madrid, como se dijo inicialmente, sino en Cabo Verde, África. El mandatario aseguró que el problema se originó por un contrato con una empresa estadounidense encargada del suministro internacional de combustible para la Fuerza Aérea Colombiana (FAC).
El nuevo pronunciamiento de Petro surgió luego de una ola de comentarios en redes, entre ellos los del periodista Fernán Martínez y el precandidato Wilson Ruiz Orejuela, quienes se refirieron al caso como una “humillación histórica”. En respuesta, Petro negó la versión, pero admitió que si existió el episodio y dió detalles que cambian por completo el lugar y los responsables.
El inicio de la controversia
El debate comenzó cuando el periodista Fernán Martínez publicó en X, con tono satírico, que el avión presidencial no había podido cargar gasolina en el aeropuerto de Madrid porque “la tarjeta no pasó”. En su mensaje, añadió: “Le tocó tanquear en aeropuerto militar cortesía de Pedro Sánchez. Primeros efectos de la ley Clinton”.
Pocas horas más tarde, Petro respondió al periodista: “Y si debe romper el contrato de manera unilateral con la empresa norteamericana. Al gobierno de Colombia se le respeta en el mundo”. Su mensaje dejó entrever por primera vez el episodio efectivamente existió, pero que la disputa no era con autoridades españolas, sino con un proveedor estadounidense.
La “humillación” según la oposición
El tema escaló rápidamente al ámbito político. El precandidato presidencial colombiano Wilson Ruiz Orejuela publicó también en X: “Que al avión presidencial le nieguen combustible por la inclusión de Petro en la Lista Clinton es una humillación histórica. Colombia paga la vergüenza de un presidente que hundió al país en la deshonra internacional. La dignidad debe volver. Recuperemos el rumbo en 2026”.
Esa publicación fue replicada por cientos de usuarios, fortaleciendo la narrativa de una supuesta negativa en Madrid. Sin embargo, Petro respondió directamente desmintiendo el lugar de los hechos: “La humillación no la pusieron en el aeropuerto de Madrid, no digan más mentiras. Fue la empresa norteamericana con la que la FAC contrató toda su gasolina fuera del país, cosa que nunca debió ocurrir, y el lugar fue Cabo Verde en el África. España me ayudó, al contrario”.
Cambio de escenario: de Madrid a Cabo Verde
Con ese mensaje, Petro trasladó oficialmente el episodio de Europa a África, señalando además que la empresa responsable del suministro de combustible al avión presidencial es de origen estadounidense. “Menos mal pone la empresa gringa la humillación, porque se romperá el contrato con ella”, afirmó, asegurando que el gobierno colombiano tomará medidas para evitar que vuelva a suceder.
En el mismo hilo, el presidente fue más allá y vinculó el incidente con una supuesta persecución política: “El mundo sabe que me persigue Trump porque me opuse al genocidio en Gaza y al crimen en el Caribe, y no porque llevaba cocaína o porque tenía sobrina y cuñada mafiosa, o tío, o porque estaba en el cartel de Pablo Escobar con papá de amigo de los Ochoa y cosas de esas”.
Reacciones y dudas persistentes
El cambio en la narrativa provocó nuevas preguntas entre analistas y medios. Si el incidente realmente ocurrió en Cabo Verde, ¿por qué la información inicial apuntaba a Madrid? ¿Quién filtró los datos a EFE y qué tan verificadas estaban las fuentes citadas como “de la Casa de Nariño”? Hasta el momento, la agencia no ha emitido una rectificación formal.
Mientras tanto, el presidente colombiano refuerza su posición de que la “humillación” no vino de Europa, sino de una empresa estadounidense que incumplió el contrato con la FAC. En su versión, España actuó en solidaridad, lo que explicaría el agradecimiento publicado el 28 de octubre: “Agradezco la ayuda del Reino de España para poder llegar a donde soy invitado”.
Más allá del combustible
El caso del combustible al avión presidencial refleja cómo una versión inicial puede transformarse en cuestión de horas dentro del debate público. Lo que comenzó como una nota sobre la “Lista Clinton” y un supuesto rechazo en Madrid terminó revelando un conflicto contractual y una denuncia de persecución política con implicaciones internacionales.
Por ahora, la historia sigue abierta: la FAC no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre el proveedor señalado, y la empresa estadounidense no ha respondido públicamente a las acusaciones del mandatario. La verdad, poco a poco, empieza a salir a la luz.
 
 


 
  
 