La advertencia llegó desde el Despacho Oval y sacudió al continente africano. Mientras una misión de investigadores estadounidenses confirmaba evidencias de un genocidio cristiano en Nigeria, el presidente de Estados Unidos instruyó al Departamento de Guerra a “prepararse para una posible acción” si el gobierno de Abuja no detiene las matanzas. Las declaraciones, difundidas en la red social Truth Social, se suman a un informe de la ONG Intersociety Nigeria y a testimonios recopilados en el terreno por el exalcalde Mike Arnold, quien aseguró que los ataques contra comunidades cristianas son “sistemáticos y deliberados”.
Un hallazgo que expone el horror
El documento de Intersociety, titulado We Thank The American Researchers And Fact-Finders For Saying Nothing But The Truth (octubre de 2025), detalla las conclusiones de una misión estadounidense que recorrió los estados de Borno, Jos y Benue, donde se han registrado las mayores masacres. El texto afirma que más de cuatro millones de personas han sido desplazadas por la violencia y que la mayoría de ellas son cristianas. La misión, liderada por Mike Arnold y respaldada por la organización Africa Arise International, documentó testigos, videos y pruebas que, según su análisis, cumplen los criterios jurídicos de genocidio.
Arnold declaró desde Abuja que su equipo ha documentado “pueblos borrados del mapa, iglesias destruidas y niños huérfanos por ataques con machetes”. Asegura que existe un patrón: las aldeas cristianas son arrasadas mientras las mezquitas permanecen intactas. Intersociety denuncia que el gobierno nigeriano “minimiza o encubre” los hechos al describirlos como simples enfrentamientos entre agricultores y pastores.
Silencios mediáticos y presión internacional
El caso gana fuerza mediática tras las palabras del comediante y presentador Bill Maher en su programa de HBO, donde calificó la situación como un genocidio ignorado por la prensa internacional. “Están intentando borrar a los cristianos de Nigeria”, dijo Maher, provocando un debate que fue amplificado por CBS News y CBN. En la emisión, los periodistas Raj Nair y Billy Hallowell destacaron que Nigeria concentra el 69% de los asesinatos de cristianos reportados en el mundo, según la lista World Watch 2025 de Open Doors.
Estos pronunciamientos generaron un efecto dominó que llevó la crisis a los despachos de Washington. La administración Trump, que ya había reincorporado a Nigeria a la lista de países de especial preocupación por violaciones a la libertad religiosa, ahora evalúa medidas más contundentes. El Departamento de Guerra confirmó que se encuentra en estado de “alerta técnica” ante la posibilidad de un despliegue limitado si la violencia no cesa.
La advertencia de la Casa Blanca
En una publicación reciente, el presidente Trump advirtió que Estados Unidos suspenderá toda ayuda a Nigeria si continúa la matanza de cristianos, y que podría autorizar una respuesta militar “rápida y contundente” contra los grupos extremistas responsables. Fuentes diplomáticas en Washington señalan que la amenaza no es simbólica: el Pentágono habría iniciado revisiones logísticas para una eventual intervención humanitaria, similar a las operaciones relámpago realizadas en Oriente Medio.
El gobierno nigeriano negó categóricamente la existencia de un genocidio cristiano en el país. En un comunicado oficial publicado por el presidente Bola Ahmed Tinubu, Abuja afirmó que Nigeria “es una democracia gobernada por garantías constitucionales de libertad religiosa” y que “la caracterización de Nigeria como religiosamente intolerante no refleja la realidad nacional”. El mandatario insistió en que su administración mantiene “un compromiso activo con líderes cristianos y musulmanes por igual” y expresó disposición a trabajar con Estados Unidos para fortalecer la cooperación en la protección de todas las comunidades de fe.
Un clamor que busca justicia
El genocidio cristiano en Nigeria ha dejado una huella que trasciende las fronteras del país africano. ONG, medios y voces internacionales coinciden en que se trata de una de las crisis humanitarias más graves del siglo XXI, incluso mayor que la de Gaza, aunque la atención global ha sido mínima. Los testimonios reunidos por la misión estadounidense y la presión del gobierno de EE. UU. podrían marcar un punto de inflexión en la respuesta internacional. Por ahora, el mensaje de Washington es claro: el mundo ya no puede seguir ignorando el genocidio cristiano en Nigeria.


